El musical ha vuelto, de una forma diferente, pero ha vuelto, al menos desde hace un lustro (y no solo por las cintas de animación) Pero, ¿qué es lo que tiene el producto español que se infravalora en cada paso nuevo que da?, sobre todo si ha habido trabajos similares anteriores del extranjero. El otro lado de la cama tiene tanto valor (e incluso más frescura si me apuras) que obras como Moulin Rouge o On Connait la Chanson. El hecho en si no es quien inventó antes lo de adaptar canciones, ya famosas, para ayudar a la trama de la película, lo importante es que cada trabajo en si mismo son diferentes, muy buenos y no tienen nada que ver unos con otros. Por ello desde aquí se reivindica el esfuerzo y la valía de esta gran banda sonora, con grandes canciones como “Echo de menos” de Kiko Veneno, “Luna de miel” de Mastretta o “Mucho mejor” de Ariel Rot, entre otras (números uno en su momento en nuestro país), adaptadas magistralmente por esos genios que son Luis Mendo, Bernardo Fuster y Queti Pazos y cantadas por los propios actores que protagonizan el filme de Emilio Martínez- Lázaro. Tan solo un tema original,  “No se que hacer” de Coque Malla, explícito para el filme. Respecto al score de Roque Baños, insuperable para todo lo que contiene la cinta de Martínez- Lázaro. Una genialidad con toques de jazz que ayudan al enredo y la comicidad de la historia. Breves pero apasionadas melodías que se escuchan, se paladean, se introducen sutilmente y se desenvuelven perfectamente con el resto del temario musical. Una verdadera joya dentro del panorama cinematográfico musical español.